Los investigadores del crimen del patrimonio lograron abrir los dos celulares secuestrados al imputado Martín Santiago Del Río, hijo de las víctimas.
Los fiscales establecieron que, no contestó mails ni mensajes con su teléfono en el horario que mataron a sus padres, como había mencionado en su declaración indagatoria.
En una primera se hizo del celular que usaba con frecuencia Del Río, ya se comprobó que su coartada es falsa, según los investigadores. No envió ningún correo electrónico.
Cuando fue indagado, Del Río explicó que tras una reunión que culminó a las 16 en un bar de Palermo, caminó hasta el Hipódromo de dicho barrio porteño, allí se tomó un taxi y volvió a su camioneta, que había dejado estacionada en Núñez, donde permaneció hasta las 18.30 contestando mensajes de WhatsApp y mails.
Durante las 16.50 y las 18.30, en el que el «caminante encapuchado» quedó filmado yendo y volviendo de la escena del crimen «se chequeó que ese día, no envió ningún correo».
Tampoco durante ese horario usó el teléfono, ni con datos, ni con GSM.
Para los investigadores el acusado dejó ‘vivo’, encendido en su camioneta su celular para tener coartada, no ser geolocalizado y despistar, mientras iba y volvía de matar.
El otro celular que fue secuestrado en el allanamiento que los fiscales y la policía hicieron en un departamento que alquilaba Del Río en el edificio «Forum Alcorta» del barrio porteño de Belgrano, y que ya se determinó que usó en algún período, pero solo como «backup».
Ese es un teléfono que era de su madre, pero que él lo usó cuando mandó a reparar el suyo.
Se encontró mensajería de la época en la que lo tenía su mamá, pero también algunos mensajes de cuando lo tuvo en su poder Del Río.