Una mujer de 30 años se quitó la vida en la cárcel en la que se hallaba detenida desde el 1 de febrero por el crimen de su madre, quien estaba postrada por problemas de salud y fue asfixiada en su casa.
Celeste Rodríguez estaba acusada del «homicidio calificado por el vínculo» de María Rosa Ravetti.
La fiscal Paula Kelm ordenó una serie de trámites procesales a los efectos de establecer la causa de la muerte.
De acuerdo a lo que consta en la causa, Ravetti fue asfixiada con una almohada en su propia cama, en la que estaba postrada por problemas de salud.
Tras el crimen, Rodríguez llamó por teléfono a la policía, confesó lo ocurrido y quedó detenida.
En su red social, con algunos posteos, la mujer había dado señales de lo que iba a ocurrir debido a que se encontraba «desbordada» por atender en esa situación a su mamá y a sus tres hijas menores, «sin trabajo y sin ayuda».
«No doy más, nadie me ayuda. Estoy cansada. Agotada», se lee en uno de sus posteos. «Todos se lavan las manos y me dejan todo a mí. Y sí, soy fuerte, pero me canso», se leyó en una de sus publicaciones.
Había escrito: «Pedí mucho tiempo ayuda. Nadie me ayudó, nadie respondió. Espero que mis hijas estén bien. Dios perdóname.»
Pasó en la localidad cordobesa de Capilla del Monte.