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domingo 3 diciembre, 2023

«Te voy a matar hija de puta». Acusado de haber matado con un cómplice al esposo de la mujer que insultó fue retirado de la sala de audiencias.

El fiscal pidió la prisión perpetua para los 2 imputados.

Una fiscal pidió la pena de prisión perpetua para los 2 acusados de asesinar a un colectivero durante un asalto cometido en Merlo en junio de 2020, y uno de ellos nuevamente amenazó de muerte a la viuda de la víctima en plena audiencia mientras se realizaban los alegatos.

«Te voy a matar, hija de puta», le dijo el imputado Sergio Ariel Armoa (37) a la esposa de Federico Rivero (43), el hombre asesinado, mientras era retirado de la sala de audiencias.

Fue segundos después de haber escuchado el pedido de la fiscal Graciela Biasotti de prisión perpetua para él y para Jonathan Acosta (27), alias «Jony», por el delito de «homicidio agravado».

Ya en la primera audiencia sucedió una situación similar cuando le gritó que la iba a matar a ella y a sus hijos luego que lo señalara como uno de los autores del crimen.

El abogado Hugo López Carribero, representante de Andrea Caballero, viuda del colectivero, coincidió con la representante del Ministerio Público en su alegato ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 5 de Morón.

La defensa de Acosta solicitó la absolución y la de Armoa que sea encuadrado como un «homicidio en ocasión de robo» que estipula una pena de entre 10 a 25 años de cárcel.

Los jueces Marcos Javier Lisa, Julia De La Llana y Gabriel Sotelo pasaron a un cuarto intermedio para el viernes 13 de mayo a las 13 con la lectura del veredicto.

El crimen de Rivero fue cometido el 16 de junio del 2020, cerca de las 20, cuando el chofer que trabajaba en la línea 312 de la empresa de colectivos «La Perlita» y la mujer detuvieron su auto para realizar compras en un almacén del barrio.

Según la viuda ambos se trasladaban en su Renault Sandero azul y se detuvieron en un comercio situado en Sucre, entre Esquiú y Finochietto, del barrio La Blanquita, donde ella bajó a comprar una gaseosa mientras su marido se quedó a bordo del auto en marcha.

En esas circunstancias, Rivero fue abordado por dos asaltantes que quisieron robarle, aunque se resistió e intentó bajar del rodado.

«Ahí siento el tiro y el grito de él», recordó la mujer que estaba a pocos metros y que, al regresar al auto, encontró a su marido caído hacia un costado, con medio cuerpo colgando hacia afuera, ya que los asaltantes intentaron sacarlo para llevarse el rodado.

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